Brucella
El género comprende unos orgasnimos que son cortos ovales, G-, catalasa y oxidasa +, capsulados aerobios aunque puede ser necesaria una aW con un 10% de CO2, para mejorar su crecimiento que se presenta aislado o en parejas y rara vez en cadenas cortas.
Su temperatura óptima está en torno a 37 °C y se destruyen por calentamiento a b3°C durante siete a diez minutos. Cuando se eliminan en la leche de un animal infectado, pueden sobrevivir varios días si se mantiene el pH alto.
El género incluye seis especies, de las cuatro patógenas para el ser humano están asociadas típicamente a un animal hospedador. Son Brucella abortus, con bóvidos; Brucella melitensis, con ovidos y cápridos; Brucella suis, con cerdos, y Brucella canis con perros. Cada una de ellas tiene algunos rasgos diferénciales. Recuenta, detección e identificación
Los microorganismos del género Brucella son muy exigentes en cuanto a las condiciones de crecimiento, pues no sirven los medios ordinarios, que se han de enriquecer con infusiones de hígado o suero. Además, los gérmenes tienen un crecimiento muy lento, por lo que los cultivos se deben incubar, al menos, tres semanas antes de ser considerados negativos. Todo esto explica que el cultivo de muestras de alimentos para investigación de Brucellas resulte poco útil en la práctica.
Para paliar este problema se recurre a una prueba de inmunoprecipitación llamada «prueba del anillo», que consiste en mezclar un antígeno teñido con la leche problema, hay anticuerpos frente a Brucella lo que indica infección en el animal-, el antígeno se agrega y forma un anillo de color azul violáceo en la superficie.
Cuadro clínico de la Brucella
La brucelosis es una enfermedad con tendencia a la cronificación que se caracteriza por un período de incubación de una a seis semanas, tras el cual aparece un acceso febril con fiebre alta, astenia, sudoración profusa, constipación, anorexia, artralgias preferentemente, en las extremidades inferiores y la columna- y pérdida de peso.
El pico febril cede en unos días, concediendo un descanso al paciente para, de nuevo, elevarse. Estos episodios se repiten varias veces durante unos cuantos meses.
El agente causante es capaz de vivir intracelularmente o en los líquidos extracelulares; así, durante los picos febriles, se puede aislar de la sangre y otros exudados orgánicos, pero, en la mayoría de los casos, el diagnóstico se confirma mediante pruebas serológicas más que con técnicas de cultivo. El tratamiento necesita antibíoterapia pautada con combinaciones de antibióticos específicos.
En 1861, Marston, médico militar inglés, trató de individualizar la enfermedad producida por la infección causada por este germen respecto a otras afecciones febriles, dándole el nombre de «fiebre gástrica remitente mediterránea».
En 1887, David Bruce, a partir de soldados muertos por esta enfermedad, cultivó el microorganismo y lo identificó como agente causante de la fiebre de Malta, fiebre mediterránea, fiebre ondulante o brucelosis.
En 1917, dos veterinarios, Bang y Shibol, aislaron otra especie de Brucella, la Brucella abortus, a la que se dio este nombre por la frecuencia con la que causaba abortos en el ganado bovino.
Epidemiología
Las vías de infección básicas son de tres clases:
Vía digestiva. Las brucelosis clásicas se debían al consumo de leche y derivados no tratados térmicamente, procedentes de animales infectados. En los productos acidificados, como los quesos fermentados, el germen desaparece. La carne no suele ser un vehículo importante, pues una temperatura de 70°C durante diez minutos es suficiente para destruir el germen. Se han descrito algunos brotes hídricos por aguas contaminadas con aguas residuales de mataderos o por alimentos vegetales de consumo crudo regados con este tipo de aguas, pero no es lo habitual.
Contagio directo. Actualmente es el mecanismo de infección más frecuente, dado el incremento de medidas de higienización de productos lácteos. El contacto directo con animales, el ordeño, el estiércol, las carnes o los productos de abortos, que son altamente infectantes, pueden construir un vehículo idóneo para el contagio. Evidentemente, esta vía de infección tiene carácter profesional.
Vía aérea. Se trata del vehículo de infección más raro y está relacionado con la inhalación de polvo que contiene restos secos infectantes en cuadras, mataderos, etc., o con la producción de aerosoles, al manipular en el laboratorio cultivos o muestras muy contaminadas.
Se ha señalado una cuarta vía infecciosa, también muy rara, mediante inoculación directa, vinculada con la picadura de garrapatas e, incluso, algún caso excepcional, una vía postransfusional.
El problema del ganado ovino es importante en España, porque ha aumentado mucho la incidencia del germen en él y porque la enfermedad evoluciona con menos sintomatología que la descrita. Además de a los anímales domésticos, puede afectar a bastantes animales salvajes, constituyendo un ciclo selvático que refuerza la cadena epidemiológica.
Prevención de la infección por Brucella
Para controlar la brucelosis en una zona, la FAO y la OMS han seleccionado cinco estrategias básicas que se pueden completamente entre sí:
Prevención de la difusión entre anímales y protección de rebaños y zonas libres de brucelosis.
Eliminación de animales infectados por el método de la investigación y el sacrificio. Se considera que esta eliminación está justificada si la infección prevalece, en una zona, en un porcentaje superior a un 2%; en caso contrario, se realizaría una campaña previa de inmunización.
- Inmunización masiva, para reducir las tasas de infección en grupos de animales.
- Adopción de medidas inespecíficas para que disminuya la difusión de la infección.
- Educación sanitaria y capacitación profesional.
En cuanto a la lucha contra los mecanismos de transmisión, las directrices fundamentales serían éstas:
- Correcta higienización térmica de la leche y sus derivados, y prohibición de su consumo en crudo.
- Saneamiento de zonas de estabulación y estercoleros, y alejamiento de las mismas de viviendas; así que, habría que evitar la remoción de polvo en estas zonas.
- Manipulación cuidadosa de los animales infectados y de sus productos.
- Prohibición de uso de aguas que puedan estar contaminadas con Brucella para bebida o riego en cultivos de alimentos de consumo en crudo.
- Cuidada manipulación de material contaminado en los laboratorios. Desinsectación en las zonas endémicas, dada la importancia de moscas y garrapatas en estos lugares.
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- https://ecdc.europa.eu/en/brucellosis
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